domingo, 19 de enero de 2014

Casa Farnsworth

La Casa Farnsworth es un edificio bello y original ubicado en un paisaje imponente. Es una casa fundamental en la arquitectura moderna que constituyó una revolución para la arquitectura doméstica estadounidense.
Está diseñada por Luidwig Miles Van der Roche. Nació en Alemania y en 1912 abrió su propio estudio en Berlín; posteriormente emigró a Estados Unidos y sus casas, rascacielos y muebles hicieron de él uno de los arquitectos y diseñadores más vanguardista y famoso del momento.
La doctora Edith Farnsworth, nefróloga en Chicago buscaba una casa para los fines de semana y que tuviera valor arquitectónico.Busco un solar a 90 kilómetros de chicago y compró 2,8 hectáreas en un terreno bellísimo paralelo al río Fox y le encargó el proyecto en 1945 a Miles junto con instrucciones muy amplias sobre sus deseos. Prácticamente casi le dió entera libertad.
La casa está situada en medio de prados y árboles de gran tamaño, bordeando el río Fox, en Plano, Illinois. El río Fox suele desbordarse debido a las copiosas lluvias de la región. Éste es uno de los motivos principales por el que la casa se construyó elevada sobre el terreno. Al sur, una gran arboleda cumple la función de proteger la casa esparciendo sus ramas a una considerable altura sobre la terraza de travertino.

Analisis

La vivienda consiste en una estructura metálica sólo cerrada con vidrio que responde a la concepción de un mirador, con lo que se brinda homenaje a la belleza del espacio que circunda la casa. La transparencia permite que desde el interior se tenga plena conciencia del paisaje, pero también actúa a la inversa, al incorporar el espacio interior de la casa al enclave de modo radical. Mies actúa con plena conciencia de tal responsabilidad y estudia cuidadosamente cada elemento en función de su repercusión en el nuevo sitio que así se ordena. El arquitecto elige conscientemente las condiciones del lugar que asume y el modo de afrontarlas. La omisión de camino de acceso y de otros elementos de urbanización tiene como objetivo desligar la casa de cualquier otra intervención humana en las proximidades, de la carretera o de la valla de acceso. La casa permanece entre los árboles como de puntillas, sin perturbar el crecimiento de la hierba, ni la periodicidad y la amplitud del río en su desbordamiento. Se advierte la voluntad manifiesta de preservar el orden natural del lugar en todo punto y desde la casa experimentar la naturaleza inalterada. Situada en cualquier otro lugar, en la misma parcela o en otra, podría haber sido diferente. Mies ha decidido contar con la acción de la naturaleza para la elaborar el proyecto y con concierta su intervención con ella. Durante la primavera, cuando se desborda y asciende hasta 60cm por debajo del forjado inferior, el agua completa la previsión del arquitecto, consuma la imagen proyectada.
















El proyecto contaba de una planta única alzada un metro y medio sobre el nivel del suelo para evitar las inundaciones.
La estructura de la casa -de 140 metros cuadrados- tiene una serie de columnas de acero ligero que sustentan la plataforma del suelo elevado y el techo plano, ello permite que el cristal ocupe de abajo arriba los cuatro paramentos de la casa. Otra tercera parte de la casa está ocupada por una terraza pórtico que da a la entrada principal y una segunda terraza discurre paralela al edificio principal. El pabellón interior consta de unidades autónomas que funcionan más como mobiliario. Consiste todo más bien en una única habitación que se abre al espacio exterior. La casa es en sí es eso : una plataforma que se abre al exterior.













Un núcleo central de madera contiene las instalaciones sanitarias y crea la separación entre la cocina, dos dormitorios y la sala de estar. La casa se prolonga hacia el prado mediante una terraza y los niveles se comunican por medio de escalones. Ésta consta de un primer espacio, cubierto pero abierto al exterior por tres de sus lados, que se emplea como porche. Pasado éste, se accede al interior de la vivienda, en la que llaman la atención dos hechos fundamentales: la ausencia de muros y de divisiones interiores de obra. El resto del volumen interior de la vivienda no se encuentra compartimentado, aunque son diferenciables una zona de salón, en la que encontramos una chimenea, un comedor y dos "dormitorios". Mies ha determinado las proporciones y la forma de la caja sin apenas predimensionar las necesidades del programa. Lo demuestra el hecho de que incluso el esbozo más impreciso del núcleo de servicios incorpora claramente el perímetro de la planta y la situación de los pilares. O sea, una vez se ha resuelto la estructura se estudian los elementos interiores que han de dar satisfacción al programa. Esto supone un cambio notable en la manera de proceder respecto a la de los proyectos europeos, donde la estructura aparecía en forma de retícula puntuando el plano, una vez se había fijado el orden de la secuencia espacial. En los bocetos se observa que en ningún caso las divisiones interiores cuestionan la envolvente decidida de antemano, las proporciones de la planta, la posición de los pilares, el área del porche y los montantes de la carpintería del cerramiento son condiciones que permanecen invariables. El arquitecto se propone que la distribución interior ha de coger todos los requisitos funcionales, instalaciones, baño y cocina sin interrumpir el perímetro acristalado. En lo que se refiere a estructura estática la casa Farnsworth es la máxima expresión del minimalismo utilizando sólo los elementos mínimamente necesarios para asegurara la estabilidad de la vivienda. Estos elementos mínimos los forman 8 columnas separadas entre ellas por una distancia de 6,60 metros que soportan las dos losas que forman el suelo y el techo
Pilares
 Los pilares situados tangencialmente al canto exterior de los forjados no interrumpen los planos horizontales, suelo y cubierta se conforman de idéntica manera. Los pilares están formados por un perfil continuo, de una pieza, desde el suelo hasta el remate de la cubierta. La línea vertical prevalece sobre la proyección del forjado y mantiene análoga relación con los dos planos, el inferior del suelo y el superior de cubierta, lo que contribuye a reforzar la equivalencia entre ambos.
 Losas 
Dicha estructura formada por un esqueleto de acero cuidadosamente elaborado con vigas y columnas soporta las losas prefabricadas de hormigón utilizadas en el suelo y en el techo. Las losas vuelan 2,75 metros con respecto a la estructura de columnas dando lugar a esquinas exentas de columnas que ayudan a enfatizar la inmaterialidad de la vivienda.
Fachada
La fachada está hecha de paneles individuales de vidrio que van desde el suelo al techo, sujetos al sistema estructural por montantes de acero. El interior diáfano con una altura de 2,85 metros está únicamente fragmentado por el bloque de servicios que contiene la cocina y el lavabo.

Materiales: 
Obra arquitectónica realizada en acero, cristal laminado y placas de travertino romano para el suelo y la cubierta.
Pilares 
Todos los pilares de acero que sostienen ambas plataformas son de sección cuadrada y han sido tratados al chorro de arena, para pulimentarlos una vez colocados en el lugar. Posteriormente se han pintado de blanco, lo que hace prácticamente invisibles sus soldaduras. Las conexiones son de acero estructural soldadas de manera que reduzcan al mínimo su presencia visual.
Suelo El suelo de la vivienda se dispone en dos capas que alojan en su interior un sistema de calefacción de los denominados de suelo radiante, así como todos los desagües de la fontanería doméstica, que vierten a un única arqueta central de sección circular, a la que van a parar también las aguas de lluvia de la cubierta, siendo ésta de carácter plano, aunque levemente inclinada hacia el centro, para permitir el drenaje del agua. El suelo de mármol travertino fue colocado de manera que las placas no se interrumpen ni perforan, creando de este modo una suave transición entre el interior y el exterior. Este detalle, combinado con el techo plano y continuo y las fachadas totalmente rectas hacen que la casa parezca una caja que se “deslizó” entre la estructura de columnas. 
Fachada 
Los paneles que forman la fachada de la casa son de cristal simple con un espesor de 0,64 cm sostenidos por montantes de acero construidos con ángulos con forma W y barras. Una cortina de carro continuo otorga privacidad y sombra al interior de la vivienda. Las únicas piezas operables de la fachada son la puerta doble y dos ventanas ubicada en la parte inferior de la fachada oriental. El efecto de esta fachada completamente transparente es difuminar las fronteras habituales que definen la domesticidad. En la casa Farnsworth, las distinciones entre lo público y privado, exterior e interior, a menudo desaparecen.


Casa Kaufmann

La Casa de la Cascada fue proyectadapor Wright para Edgar Kaufmann, magnate de unos grandes almacenes en Pittsburgh, en 1935. Era una época en la que Wright apenas recibía encargos y se dedicaba a impartir clases en su escuela residencia Taliesin. La familia Kaufmann había comprado una parcela boscosa con varias cabañas cerca de la llamada cascada del oso, en Pensilvania. Cuando las cabañas se deterioraron el matrimonio Kaufmann contactó con Wright para que les proyectara una casa en el bosque para los fines de semana, y tras un primer contacto ambos compartieron el interés por el mundo natural, y el deseo de rellenar sus vidas de belleza.
- Situación
En un principio la situación elegida porWright para la casa no era la idónea. Los Kaufmann le pedían poder disfrutar de la cascada ya que ese riachuelo era el destino de la familia en numerosos fines de semana. Pues bien, teniendo un terreno más propicio a priori en la parte sur del río ya que era una parcela más plana y
pudiendo disfrutar así de la vista de la cascada Wright decide ubicar la casa como se muestra en la imagen.
La coloca en un terreno casi triangular, con una alta pendiente y con una parte de la casa literalmente encima de la cascada, lo de la misma. La explicación a todo esto la encontramos como no en la naturaleza. Cuando Wright estudió el terreno se dio cuenta del enorme ruido que los Kaufmann tendrían que soportar si finalmente se ubicara la casa en la parcela sur del río. La solución a todo esto fue ubicar gran parte de la casa encima del río, de modo que la parte estructural de la casa que hiciera frente al ruido fuera el propio forjado de la misma. De esta manera la cascada se oye agradablemente en gran parte de la casa,
provocando la sensación de convivencia con la naturaleza.
- Análisis de la casa
Wright resolvió el diseño de la casa alrededor de la chimenea, el corazón de la casa, la
que se consideró como el lugar de reunión de la familia. Los cimientos de la casa son las rocas
del lugar, y algunas de ellas sobrepasan el ancho del forjado de la primera planta.
La casa de la Cascada consta de dos partes: La casa principal de los clientes que se construyó entre 1936- 1938, y el cuarto de huéspedes, ubicado en una zona un poco más elevada, que se
completó en 1939. Gran parte de la belleza de la casa se encuentra en sus extensiones hacia la naturaleza, hecho con largas terrazas en voladizo. De esta manera la Casa de la Cascada representa una obra artística sutil y compleja que no puede desvincularse de su entorno natural.

Relación con el entorno
Del terreno del lugar se extrajeron rocas que conforman la mampostería de la parte
baja de las fachadas del edificio, colocadas en ese lugar para crear una progresión desde la
roca natural del suelo hasta el hormigón de las partes altas. El resto de las fachadas es de color
crema, color contrastante con el entorno verde o marrón (según la estación). Otro elemento
contrastante de la casa son las formas ortogonales que tienen los voladizos y las paredes.
Gran parte de la casa está en voladizo, situado encima del arroyo. La casa, de dos
plantas, se extiende horizontalmente con prominentes voladizos y terrazas, sin embargo hay
un núcleo que crece verticalmente, en el que está la chimenea. Tiene unas ventanas que se
extienden verticalmente y que pasan de una planta a otra, mostrando así los forjados.
En la cara norte de la casa, la opuesta a la que “vuela” sobre el arroyo, hay una serie de
pérgolas a modo de toldo que transcurren desde la pared exterior hasta un talud de piedra
que se eleva sobre el camino que conduce a la entrada.

Villa Mairea

Alvar Aalto, al igual que cualquier arquitecto dotado sabía que el punto más importante a la hora de proyectar es entender y conocer las inquietudes del cliente. Con esto, supo aprovechar con maestría la relación que tenía con Harry y Maire Gullichsen. Esta acomodada pareja buscaba una segunda residencia para las vacaciones de verano y aprovecharon las vastas tierras de Noormarkku, donde la familia de él tenía grandes parcelas.

Esta localidad, situada al suroeste de Finlandia y muy cerca de la ciudad de Pori está rodeada de grandes bosques de pinos finlandeses, lo cual será una de las principales atracciones para Aalto, que pretendería que la casa estuviera relacionada con el bosque respetándolo todo lo posible y que además esta propia porción de vegetación se integrara dentro de la casa, detalles que quedan plasmados en los pilares de la escalera principal o el árbol situado al lado de la piscina, entre otros. En definitiva, la casa es en sí una alegoría del bosque finlandés.


La Villa Mairea se comienza a construir en el año 1938, con el proyecto finalizado y con el visto bueno de los propietarios. Sin embargo al arquitecto no le convencían algunas de las soluciones finales de la casa; desde un principio había discrepado con Maire en algunos detalles como la situación de la galería de exposición de los cuadros de esta. Así, sabiendo que los propietarios le habían dado un presupuesto ilimitado y tenían una confianza ciega en él, Aalto decidió encerrarse un fin de semana con sus compañeros arquitectos y realizaron una serie de modificaciones sin consultar a los futuros propietarios. Días después estos recibieron la noticia y, tras escuchar las explicaciones del arquitecto le dieron su bendición.

La primera toma de contacto entre el arquitecto y sus clientes tiene lugar en los primeros años de la década de 1930. Así, en 1935 fundan Aalto y su esposa con los Gullichsen la empresa Artek, dedicada al diseño de muebles y esculturas de Alvar. Con esto nace una fuerte relación en la que todos se ayudaban unos a otros, tanto buscando proyectos como protegiendo las obras del compañero. Como ejemplo las casas para los ingenieros de la empresa del padre de Maire, Ahlstrüm.


Como resultado de los esfuerzos del arquitecto aparecieron centenares de elementos que más tarde amueblarían la mayoría de las casas proyectadas por él mismo, entre ellas Mairea; sin embargo, dos de estos muebles destacan sobre los demás, y han llegado hasta nuestros días siendo verdaderamente aceptados y admirados. Se trata de la silla de madera autoportante y el jarrón Savoy. Estos han sido expuestos en numerosos eventos que elogian la arquitectura finlandesa, la estética vernácula de la época o simplemente la obra de Aalto.


Siempre pensó que la arquitectura, para ser considerada de calidad, debía aportar soluciones a la demanda del cliente pero además introducir innovaciones que pudieran ser usadas como modelo en siguientes proyectos. También le preocupaba que el estilo de sus obras, incluida la Villa Mairea fuera respetuoso con la arquitectura tradicional finlandesa y que a la vez fuera novedosa y evolutiva. Respecto al estilo fue una pieza repetida en varios proyectos, entre ellos su propia vivienda, la distribución de usos en función de plantas, es decir, zona de noche en la primera planta y zona de día, mas social, en la baja. Esto mismo sucede también en Mairea.


Se ha hablado en numerosas ocasiones de una relación entre la Villa Mairea y la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright, aunque Aalto negó conocer la obra del americano cuando proyectó la Villa. Terrazas en vuelo, planos horizontales potentes y superpuestos y la intención de Alvar de colocar la casa cerca de un río son indicios de similitudes entre ambas.

Una de las ocupaciones más exigentes del arquitecto fue la reconstrucción de muchos pueblos y el levantamiento de nuevas casas destruídas por la Guerra Civil finlandesa de 1918. Sucedida cuando este contaba con 20 años de edad, al acabar su carrera el país entero tenía una enorme brecha en su infraestructura, con lo que este se encargó de la Oficina de Reconstrucción del país, dando lugar a algunas obras relevantes como el Ayuntamiento de Saynatsalo.


Como ya se ha dicho al arquitecto le parecía que la casa había de respetar la arquitectura vernácula finlandesa y a su vez constituir un modelo de progreso y nuevos modos. Quedó hechizado por los viajes que hizo, la admiración por la adaptación de las casas italianas a la topografía le llevó, entre otras cosas, a jugar con la orografía y manipularla para obtener resultados arquitectónicos diferentes y calidades espaciales singulares. En general la arquitectura mediterránea completa le fascinaba, al igual que la japonesa, hasta el punto de que llegó a acudir al estudio vestido con el tradicional kimono de Japón. Así, la casa aparece finalmente como una especie de arquitectura ecléctica que no llega a ser del todo posible de archivar en ningún estilo.

La Villa Mairea constituye junto a otras viviendas como la Villa Savoye, La Casa de la Cascada, Farnsworth o Casa Müller una fundamental de la arquitectura. Parece una disposición desordenada de materiales y volúmenes, pero los espacios perfectamente pensados y ordenados la convierten en hito. Sin haber entrado, cualquier persona podría pensar que el aire que se respira dentro de la vivienda es el mismo, huele igual que el del bosque, raíz de la perfecta integración de esta en él y viceversa. La conjunción en un solo objeto de ambos elementos resulta en una vivienda que cualquier persona en el mundo desearía habitar.




Villa Saboya 

La Villa Saboya (en francés: Villa Savoye) es un edificio situado en Poissy, a las afueras de París, que fue construido en 1929 y proyectado por Le Corbusier, uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX. La Villa Saboya es considerada como el paradigma de la Arquitectura Internacional y de la nueva manera de construir edificios de viviendas del siglo XX (junto con la Casa Farnsworth de Ludwig Mies van der Rohe, la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright y la Villa Mairea de Alvar Aalto), así como de los Cinco Puntos para una nueva Arquitectura desarrollados por el propio Le Corbusier.

Situación



Análisis

La Villa Savoye se sitúa más próxima a la naturaleza que a la calle liberando un gran espacio verde a su alrededor. La planta baja está determinada en gran medida por el movimiento de un automóvil que entre al edificio. Este movimiento también determina la estructura, basada en una malla octogonal de pilares de hormigón distantes entre sí 4,75 metros unos de otros. Esta malla conforma una planta cuadrada de 23,5 m de lado, sobre la que se asienta la Villa.
En planta, observamos que no existe ningún eje de simetría que ordene los espacios. Todo se organiza con el único objetivo de que la casa funcione. Sin embargo, todo queda bien proporcionado y ordenado al establecer la planta de la casa a partir de una cuadrícula ortogonal.
La rampa es la espina dorsal de la estructura del proyecto. Nos podemos dar cuenta que la misma está totalmente modulada, además de que es el eje que estructura los diferentes espacios del proyecto.


La disposición de la planta en L no es usual. La rampa en el centro separa el patio de los dormitorios y estos se comunican con el salón solo en un extremo.
De esta forma consigue crear una transición desde el espacio más privado al más público, de las habitaciones al exterior a través del salón.
La planta principal con su terraza-jardín está construida sobre pilotes de tal forma que se domine una amplia vista hacia el horizonte y dejar la planta baja libre para poder situar el coche . La orientación del sol es opuesta a la de la vista. Se recuperará este a través del espacio abierto por la terraza-jardín. Para coronar el conjunto, hay un solárium cuyas formas curvas protegen del viento y constituyen un rico elemento arquitectónico.

Como en casi todas las villas modernas, en esta villa se emplea materiales altamente industrializados, especialmente el hormigón armado.
Es un edificio que en el que se recoge los cinco puntos de la nueva arquitectura que proponía Le Corbusier. 1. La planta baja sobre pilotes: para Le Corbusier, la planta baja de la vivienda, al igual que la calle, pertenecía al automóvil, ya sea para circulación o aparcamiento, por este motivo la vivienda se elevaba sobre pilotes liberando a la planta baja de apoyar su masa sobre el suelo para permitir el movimiento de los vehículos o la continuidad del verde. 2. La planta libre: a partir de la estructura independiente, aprovechando la tecnología del hormigón armado genera una estructura de columnas en la que apoyan losas, de esta forma, la planta es libre de condicionantes estructurales como para que el arquitecto decida dónde poner los cerramientos o dónde no, siendo independientes de un nivel al otro. 3. La fachada libre: el corolario del plano libre en el plano vertical. La estructura se retrasa respecto de la fachada, liberando a ésta de su función estructural. 4. La ventana alargada: por el mismo motivo del punto anterior, también los muros exteriores se liberan, y las ventanas pueden abarcar todo el ancho de la construcción, mejorando la relación con el exterior y permitiendo un mejor asoleamiento de los espacios interiores. 5. La terraza-jardín: para Le Corbusier la superficie ocupada en planta por la vivienda debía de ser devuelta a la naturaleza en forma de jardín en la cubierta del edificio, convirtiendo el espacio sobre la vivienda en un ámbito aprovechable para el esparcimiento, que además permitía mantener condiciones de aislamiento térmico sobre las nuevas losas de hormigón.

El plano moderno de la construcción en acero u hormigón, es decir postes aislados y tabiques a discreción, es ahora un plano libre. Ya no se trata de muros que se cruzan en ángulo recto, formando piezas cuadradas que una puerta cierra y una ventana abre. Ahora, el local es como un continente que puede ser tabicado y eso ya no da lugar a la pieza que se llama sala de estar, comedor, etc., sino que da complejos de forma. En esas condiciones, por economía, gracias a una ubicación precisa, a una ubicación hábil de los tabiques, de las circulaciones y de las puertas, gracias a la altura de las piezas y al color, se puede aportar una variedad extraordinaria



Observamos la ausencia total de ornamentos y el predominio de la línea horizontal. En cuanto a la distribución, la planta baja tiene una forma curva que subraya el movimiento y la influencia de los automóviles en la misma. En un costado, ocupando aproximadamente la cuarta parte de la planta, se encuentra el garaje, con capacidad para tres automóviles de 1930 (considerablemente más grandes que los actuales), y sustituyendo el espacio que antiguamente ocupaban las cuadras y caballos.

En la parte frontal y próxima a la entrada rodada se encuentra la entrada de a pie, frente a la cual se abre un hall que cuenta con dos elementos principales: una rampa que recorre de abajo a arriba todo el edificio y que constituye su espina dorsal, proplongando este movimiento desde fuera hacia dentro, y una escalera de caracol.


Todo el interior y exterior se encuentra pintado de blanco, lo que representa el interés de Le Corbusier por la arquitectura sanitaria y la higiene en una época en el que las ciudades sufrían las consecuencias de la sobrepoblación en forma de epidemias, y plasmando el importante descubrimiento de la vida microbiana en todas partes, incluyendo el interior de las viviendas. Además, también empleaba este color para independizar la villa del lugar, es decir, esta misma villa podría situarse en cualquier otro lugar del planeta.



Características principales de la villa moderna

Empleo de materiales altamente industrializados, especialmente el hormigón armado. El muro no es soporte, quedando reducido a una ligera membrana de cerramiento. Gran número de ventanas que proporciona a los interiores luz y aire. Los soportes son pilares de diferente sección de acero y hormigón. Las cubiertas en general son adinteladas apoyando en los soportes con los que forman el esqueleto, consiguiendo un efecto ligero e ingrávido de gran audacia constructiva. Los elementos decorativos desaparecen a favor de la forma recta y desnuda. Hay una gran preocupación por la proporción, la simplicidad y la asimetría. El espacio interno se basa en la planta libre con paredes interiores que se curvan y mueven libremente adaptándose a las diferentes funciones. En los exteriores los voladizos, los bajos libres y las terrazas en horizontal definen la nueva imagen. A continuación, analizaremos ejemplos de distintas villas de estilo moderno y comprobaremos que estas características también están presentes en todas ellas.

Principales arquitectos y obras del movimiento moderno 

Frank Lloyd Wright (1867-1959): De la “escuela de Chicago” tomará la idea de que la forma está dictada por la función... Él añadirá, además, que ambas deben integrarse en el entorno, desde los materiales hasta la disposición. El término con el que bautizó su trabajo es el de Arquitectura Orgánica. Comenzó con sus “casas de la pradera” (prairie-houses) y alcanzó el culmen con la Casa Kaufmann, conocida como “Casa de la Cascada” (Fallingwater House) pero siguió construyendo así hasta el final: “La arquitectura debe pertenecer al entorno donde va a situarse y adornar el paisaje en vez de desgraciarlo”. En esas construcciones ensayó la planta libre, creando espacios que fluyen de una estancia a otra: un enorme salón con la chimenea, que organiza los espacios.
La ordenación del espacio en planta suele partir del cruce de dos ejes y, en alzado, siempre, prefiere la horizontalidad. Además, en esas casas, sustituía el muro por el vidrio, integrando así el paisaje exterior en la propia vivienda. Cuando no era posible o aconsejable, apuesta por la terraza ajardinada.

 

Walter Gropius (1883-1969): tiene una preocupación grande por la vivienda social, y por ello desarrollará su “racionalismo”: posibilitar la construcción en serie, abaratando costes sin renunciar a la comodidad. La vivienda debe ser funcional: la función marca la forma y sobra lo superfluo. Pero la proyección no excluye la belleza de la línea recta y el juego con los planos exigidos por la construcción del interior: acristalamiento, iluminación, salientes... Sin embargo, el muro está desnudo: es el juego de planos y los vanos quien le da la belleza.


Alvar Aalto (1898-1976): este arquitecto finlandés tenía una idea clara de cómo debía ser el proceso de proyectar. Primero analizaba todos los requisitos del proyecto y entonces, los dejaba de lado para abocetar ideas con trazos sencillos, hasta encontrar aquel dibujo que solucionase todos los condicionantes de partida de manera satisfactoria. Aalto se empapó de la arquitecta moderna pero, al igual que otros arquitectos de la segunda generación, buscó la manera de agregar las variables de cada territorio y cultura. Pensaba en las relaciones de las piezas por sí mismas y en aras de un todo que atendía a cultura, sociedad y emplazamiento, extendiendo el razonamiento a los propios materiales. Esto partía en Aalto, según se desprende de sus escritos, de la preocupación por la humanización de la arquitectura, en la que ésta se entiende como propuesta cultural que responda a una sociedad concreta y no sólo como algo funcional y técnico. La manera de conseguirlo era proyectando espacios que fueran simultáneamente funcionales y ergonómicos, lo que terminó desembocando en la adopción de una arquitectura orgánica. Destaca entre sus obras la Biblioteca de Viipuri, la villa Mairea, o el Sanatorio de Paimio.
 

Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969): es uno de los maestros más importantes de la arquitectura moderna y quien llevó más allá la construcción en acero y vidrio. A finales de la década de 1920 acometió dos de sus obras maestras: el Pabellón alemán para la Exposición Universal de Barcelona de 1929 (para el que diseñó también mobiliario, como el sillón Barcelona, de tubo de acero cromado y cuero) y la casa Tugendhat (1930) en la República Checa. Emigrado a EEUU, desarrolló allí una segunda carrera e influyendo enormemente en el “estilo internacional”. En el encargo que realiza para la Exposición Universal de Barcelona pondrá de manifiesto todo lo que la Bauhaus estaba significando: Los planos ortogonales que se cruzan (que el neoplasticismo holandés había llevado al culmen Rievetveld en la casa Schröder, Utrech, 1924) y la planta libre y despejada. Los materiales: travertino (el suelo), mármol (las paredes), acero (los pilares), y cristal (pared exterior). El mobiliario, también diseñado por van der Rohe (silla Barcelona). El edificio, al parecer, debía transmitir los valores de la nueva Alemania, la de la Republica de Weimar que liquidará el nazismo: perfeccionismo, sobriedad, racionalidad, transparencia...y todo ello en lo que no era un pabellón expositor, sino una “sala de recepción” que ocultaba detrás una pequeña piscina...con una escultura: el único elemento figurativo (una musa desnuda).
 
Le Corbusier (1887-1965): suizo nacionalizado francés. Sin acabar los estudios de arquitectura se le tiene por el exponente más destacado de este movimiento. Es un teórico de la arquitectura además de diseñador de interiores y de mobiliario. Más que su obra construida, serán sus libros y artículos los que influyan en toda la arquitectura del siglo XX. Su sentido moderno de la arquitectura le llevó a definir la casa como “máquina de habitar”. Señala en 1926 que la teoría pide sobriedad en la expresión, huyendo del esteticismo. Por ello sintetiza en 5 puntos la nueva arquitectura habitable: La ciencia (ingeniería) para calcular fuerzas, lo que permite sustituir los cimientos por soportes (los pilotes). Los tejados planos: terrazas y terrazas jardín. Libre estructura de la planta: dado el sistema de apoyos, cómo se distribuya luego la planta es a capricho de su morador. La ventana apaisada y corrida, pues no hay pared maestra, sólo membrana... La fachada sobresale del esqueleto que la soporta.

Características del Movimiento Moderno 

El Movimiento Moderno se ha caracterizado por la simplificación de las formas, la ausencia de ornamento y la renuncia consciente a la composición académica clásica, la cual fue sustituida por una estética con referencias a las distintas tendencias del arte moderno como el cubismo, el expresionismo, el neoplasticismo, el futurismo y otros. Pero es, sobre todo, el uso de los nuevos materiales como el acero y el hormigón armado, así como la aplicación de las tecnologias asociadas, el hecho determinante que cambió para siempre la manera de proyectar y construir los edificios o los espacios para la vida y la actividad humana. La primera exigencia de cada edificio es alcanzar la mejor utilidad posible. Los materiales y el sistema constructivo empeados deben estar completamente subordinados a esta exigencia primaria.
La belleza consiste en la relación directa entre edificio y finalidad, en el uso racional de los materiales y en la elegancia del sistema constructivo. La estética de la nueva arquitectura no reconoce ninguna diferencia entre fachada y planta, entre calle o patio, entre delante o detrás. Ningún detalle vale por sí mismo, sino como parte necesaria del conjunto. No creemos que algo tenga un aspecto feo y, a pesar de todo, funcione bien. Lo que funciona bien, es bello. De la misma forma que las partes, en sus relaciones recíprocas expresan la unidad del edificio, también la casa se relaciona con los edificios que la rodean. La casa es el producto de una disposición colectiva y social. La repetición no debe considerarse como un inconveniente que hay que evitar, sino que, al contrario, constituye el medio más importante de expresión artística. A exigencias uniformes, edificios uniformes. La singularidad queda reservada para las exigencias singulares ; es decir, sobre todo para los edificios de importancia general y social. Es un movimiento que se preocupa por el mobiliario del proyecto. Los mismos arquitectos son los que diseñan los muebles de tal forma que el mobiliario forma parte del proyecto. Así se consigue que el arquitecto proyecte todos los elementos que forman el edificio, es decir, diseñan una obra de arte completa, total (Gesamtkunstwerk). El movimiento moderno desemboca en el conocido como “Estilo internacional” en los años 30. No obstante, las diferencias a partir del énfasis que se pone en la parte puramente estética, nos permite diferenciar dos líneas: Organicismo: Wright será el principal exponente, pero influirá en los otros. El edificio se integra en la naturaleza. Racionalismo: L. Mies van der Rohe será el más “puro”. Simplicidad y pureza de líneas que permiten la “repetitividad” y, por tanto, abaratamiento.

Contexto histórico

La urgencia de “romper” con el pasado “clásico” en el cambio del siglo XIX al XX se sintió en todas las artes. La revolución industrial entraba en su “segunda fase” o 2ª Revolución Industrial, la que llevó a un capitalismo. En este período, nos encontramos con una economía maquinista y productivista, en lo social, con un movimiento obrero enfrente organizado, nacionalista e imperialista en lo político y donde la cultura va a ser también un producto capitalista: medios de comunicación, formación de la persona, mercantilización del arte y la cultura en general.
La generación nacida en torno al medio siglo XIX (entre 1840 y 1860) siente en su madurez esa necesidad y, entre los artistas e intelectuales empieza la ruptura (en Centroeuropa los “movimientos rupturistas” se llamarán Secesión” después de 1890. Veremos en la pintura el Impresionismo que genera una nueva técnica pero quienes empezaron en ella llegaron más lejos preparando la ruptura definitiva de las dos primeras décadas del siglo XX. Veremos esa ruptura, también, en la escultura de Rodin y los tanteos de sus herederos... hasta que en la segunda década también se acabe con la figuración. En las artes decorativas (modernismo y pronto el art decó) también. En la Arquitectura no podía ser menos. Un nuevo estilo para una nueva sociedad, urbana, de masas... y clasista.
La generación siguiente, la nacida en torno a los años 70 y 80 del XIX será decididamente rupturista, abriendo el camino para la siguiente (nacidos en torno al cambio de siglo) quienes en su madurez vivirán los horrores de la guerra y los totalitarismos. La generación que nace en torno a los años 70 y 80 es la que configurará las “vanguardias” (del francés avant-garde) que hasta los años 20 cambiarán definitivamente el panorama artístico en todo el mundo occidental. La del cambio de siglo (que en España produjo la fascinante “generación del 27”) apura la creatividad hasta el límite, aunque en la segunda mitad del siglo XX serán rebasados por una nueva generación que ya es decididamente “artista para las masas” y usando nuevas técnicas que superan las “artes” tradicionales.
Sin embargo, las tendencias en esa ruptura son varias... como las que veremos en la pintura. Hablamos de “Movimiento moderno” en Arquitectura para agrupar esas tendencias que hasta pueden parecer contradictorias en algunos casos (F. Ll. Wright y Le Corbusier, tienen una concepción casi opuesta sobre lo que debe ser un edificio, pero también coinciden). Otras apuestas intentan trasladar a la arquitectura los experimentos de las artes plásticas: hay una arquitectura “expresionista”, “futurista” o “constructivista”. El movimiento moderno, en general, huirá de los efectismos “estéticos” de estos ismos. Un movimiento arquitectónico que tendrá resonancia y se da en el mismo tiempo es el Art Deco.
Una temprana reacción al historicismo y al eclecticismo que imperaban desde el XIX será el denominado Art Deco. Reacciona frente al decorativismo excesivo del eclecticismo aceptado por el modernismo. Asume algunos presupuestos de las vanguardias Cubista, Futurista y Constructivista pero también se siente influido por el exotismo de las culturas no europeas de moda en el momento: orientalismo egipcio, mundo maya… Así, la línea recta o la curva moderada y la compensación entre horizontales y verticales se lleva a la fachada junto con una mínima decoración (generalmente en relieve) que trae esas culturas extrañas.-La monumentalidad y el sentido urbano y futurista son también características que ofrece.
El Art Deco arrancó desde las artes decorativas y por impulso de un “modernista” como el francés H. Guimard. En 1926 la exposición de artes decorativas celebrada en París fue todo un éxito y dio impulso a nuevos productos “industriales”: el diseño industrial. Para esa fecha y hasta finales de los 30, el Art Deco en arquitectura será uno de los estilos dominantes. También dejará influencia sobre el “Movimiento moderno”, de manera que algunos arquitectos que militarán luego en éste, empezaron en aquél. Comparte, con el Movimiento Moderno el interés por integrar el diseño interior, el mobiliario y la decoración, en el edificio, en una concepción integral.
En 1919 se fundó en Weimar La Bauhaus, una escuela “de artes y oficios” que tendrá una importancia determinante y definitiva para la nueva arquitectura. Quiere integrar y desarrollar el diseño industrial incorporando materiales, formas, teorías y el gusto “modernos”.-Quiere utilizar un método de estudio “moderno”: teoría y práctica simultáneamente y a cargo de dos profesores, uno “maestro de taller” y otro “profesor de teoría”. Y, siempre, apurando la creatividad del alumno. Alemania acaba de perder la I G.M. y vive inmersa en un ambiente de revolución… pero en Weimar se funda la República federal como una democracia avanzada. En 1925 de Weimar, La Bauhaus pasa a Dessau y, en 1930 a Berlín… donde Hitler la cerrará en 1933.
Además, en 1928 comienzan los CIAM o congresos internacionales de arquitectura moderna. El cuarto, en 1933, debía celebrarse en Moscú, pero no fue posible: empezó en Barcelona y concluyó en un barco de recreo con un documento final: la Carta de Atenas que publicará en 1942 Le Corbusier. Los Congresos internacionales tuvieron importancia para llevar la preocupación por la nueva ciudad (y sus edificios) por todo el mundo. Una ciudad donde hay que combinar usos y espacios. Una ciudad donde vivirá con el tiempo la mayor parte de la humanidad. Una ciudad que, ya se sabe entonces, influye en la psicología del individuo de forma determinante. Pero, especialmente, en la salud y la sociabilidad: es el espacio humano predominante, y las autoridades públicas deben comprometerse a su “humanización”.
El siglo XX es un período donde las guerras ocupan un papel esencial para poder comprender la situación que se vivía en esa época. Este siglo se inicia en medio de grandes adelantos tecnológicos, entre los cuales el automóvil ocupa un lugar destacado. En los años 1910, los intereses de las potencias mundiales empujaron a la humanidad a una nueva dimensión de conflicto, la Primera Guerra Mundial (iniciada en 1914), que aunque se inició como un conflicto europeo terminó absorbiendo a las principales naciones del mundo. La confrontación se inició tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo. Los grandes perdedores al cabo de los cuatro años en que se desarrolló la guerra fueron los imperios de Austria, que perdió tal distinción para siempre, y el imperio Ruso, cuya monarquía fue exterminada (la familia real fue ejecutada) para dar paso a un nuevo sistema de gobierno, el Bolchevique, liderado por Lenin.
EE. UU se convirtió en potencia mundial de primer orden al igual que Japón, cuya primacía en Asia ya nadie discutía. Alemania perdió su pequeño imperio colonial, pero aun así logró mantener su infraestructura nacional. Fue el caso contrario al de Francia, que se suponía había resultado victoriosa en la guerra.
En los años 1930, el creciente descontento de los alemanes hizo que Adolf Hitler tomara el control del país en 1933 con un apoyo de la población sin precedentes. Alemania dejó de lado la República de Weimar y se convirtió en un Estado totalitario al igual que la Italia de Benito Mussolini y la URSS de Josef Stalin.
Alemania se desarrolla nuevamente, la economía se relanza con el impulso que le da la industria y la inversión del Estado en infraestructuras. El Imperio Japonés se consolidaba en Asia, afectando los intereses de Europa y EE.UU especialmente en el Pacífico.
El colapso de la República y la Guerra Civil Española desangró a España, la convirtió en un Estado totalitario y sirvió de preámbulo a la gran guerra que estaba por venir en el continente. Ante todo este panorama de guerras y tensión entre las potencias mundiales en la primera mitad del siglo XX la arquitectura se desarrolla dando respuestas a los problemas del hombre actual que son nuevos y por ello sus necesidades también, sin antecedentes referenciales. Ante todo se revisa el verdadero significado de la arquitectura y a partir de este momento no podrá juzgarse suficientemente una obra si no la visitamos en su interior. Esta nueva estética radica en la función. Si el edificio está armoniosamente distribuido en su interior, si está integrado en el entorno, si resulta grata su habitabilidad, el edificio es bello. Desligados del compromiso del pasado, los arquitectos de este siglo manejan los volúmenes y los espacios con criterios absolutamente distintos producto de los nuevos materiales y de las nuevas necesidades.
Pese a que tras la Segunda Guerra Mundial hubo aún importantes construcciones dentro de este estilo, las últimas décadas del siglo XX han estado dominadas por otros movimientos críticos, herederos en cualquier caso del movimiento moderno.

El Movimiento Moderno.

Por Juan Antonio Calderón Torres
      Francisco González Martínez
      Ángel Hernández Zurbano
      Manuel Silva Zurita
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla             Grupo 2.11